Reivindicación beisbolera. ¡Vamos Dominicana!

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En 2009 yo estuve lo que se dice muy quillado con el equipo dominicano en el Clásico Mundial de Béisbol. Y así mismo lo externé en este blog. Un equipo sin motivación, que se atrevieron a cometer fallas graves de indisciplina… merecía la verguenza de perder frente a un equipo por quien nadie apostaba y no pasar siquiera la primera ronda. 

Ahora para 2013, la historia parecía tomar el mismo rumbo: las dificultades para formar el equipo, los estelares que tuvieron que echarse hacia atrás a último minuto porque sus equipos de Major League Baseball les negaron el permiso (la misma historia de todos los años) y como que de pronto República Dominicana llegaba a este evento sin las luces del 2006, que fue cuando logramos llegar más lejos, hasta una semifinal…

Hasta ahora.

Yo confieso que no estaba muy interesado por el Clásico de este año. Pensé que la historia iba a repetirse como siempre. Las mismas razones por las cuales nos quedamos en el camino la última vez parecían volver… pero entonces el equipo dejó ver de qué estaba hecho: motivación, entrega y corazón. Esa misma pirámide de la cual adolesció en la pasada edición del WBC.

Así empezamos a observar unos jugadores que han dado el 110 por ciento sobre la grama, que se lo están gozando, que no lo ven como un obstáculo porque estamos en Spring Training de las «grandes ligas». El equipo empezó ganándole a Venezuela, uno de los equipos favoritos en el papel… y no ha perdido desde entonces.

De esta forma llegamos ayer al juego del desquite contra Holanda.

Y otra vez creí, y -algo que no había hecho- me senté a ver el juego desde el principio. Los primeros lanzamientos de Edinson Vólquez me asustaron. ¿Será que el equipo se puso demasiado nervioso y ansioso para el juego y ahora la ansiedad le está pasando factura? Errores un tanto de niños (como el descuido de Robinson Canó corriendo de primera a segunda). Tuve miedo de que la racha de seis se perdiese justo en el momento más crítico.

Pero volvieron a surgir esos tres factores: Motivación, Entrega y Corazón. Y ya se saben el resto de la historia. República Dominicana avanza por primera vez en la historia del Clásico a una final.

Se encuentra en el camino a un Puerto Rico con quien ya ha chocado en la primera y segunda fases del Clásico, que busca demostrar aquello de «la tercera es la vencida». También nuestros hermanos caribeños avanzaron por primera vez a la final, con un equipo por el que muy pocos (siquiera los borinqueños) daban posibilidades.

Esta noche, gane quien gane, será una fiesta del caribe. Yo pienso celebrarla igual. Obvio que le voy al mío, pero no puedo negar que estoy feliz por Puerto Rico. Si gana Dominicana, será una noche de reivindicación beisbolera, de demostrar por qué nuestro país es el segundo con más jugadores en Major League Baseball, después de Estados Unidos. De que podamos gritar hasta que nuestras gargantas se queden sin voz que ¡por fin! nuestro béisbol se confirma como el mejor del mundo.

¡VAMO ARRIBA, DOMINICANA! 

Catarsis, Catarsis.

«Esta es mi verdad, y con mi vida la defiendo». 

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