
Ana Maria Fuster y yo, durante la ultima feria del libro
Dos islas. Dos encantos. Un pájaro y sus alas. La poesía como idioma universal, río hacia el cual todos somos a la vez afluente y mar en el que desemboca el sentimiento. Dos personas. Más allá de cualquier tipo de relación. Sólo con la poesía como elemento común. Una conversación matutina puede ser muy productiva.
Quiero compartir con ustedes este pequeño «diálogo poético» que he tenido con la recia (perdonándome Grisbel por compartir el pseudónimo) Ana María Fuster, la misma de los «Bocetos». Más que escritora, más que poeta, la hermana, en uno de esas mañanas cuando los versos fluyen.
Sin darnos cuenta, empezamos a hablar en poesía, y esos momentos deben quedar guardados para la posteridad. Gracias AnaMa, por compartir versos y emociones conmigo.
Que lo disfruten. A la izquierda yo, a la derecha ella.
Catarsis, catarsis.