En el día del poeta…

Nada mejor que unos versos que acompañen la jornada:

Silvia salió a recorrer caminos,
a beberse el mundo de un sorbo,
a soñar y hacer el amor
hasta que desaparecieran las estrellas.
Silvia salió dormida,
con los ojos abiertos pero dormida,
con las pestañas tiesas de tanto rimel pero dormida,
con el vestido de fiesta pero dormida.
Dormida y quieta
como un cisne en la mañana.
Y sin saber que dormía anduvo los cinco continentes,
escaló montañas, destruyó poblaciones,
se bebió todo el licor del planeta
y se acostó con príncipes y ratas.
Ella siguió rodando como una pelota por el mundo,
saltando charcos, matando peces,
inventando nuevos explosivos.
Así descubrió el hambre y la locura,
el juego en los casinos,
la tristeza de la lluvia
y la asombrosa primavera.
Silvia vio, tocó, degusto, olió y sintió de todo,
y aunque quiso escuchar poco
mucho tuvo que escuchar.
Y los días se hicieron semanas,
y las semanas meses,
y los meses años,
y los años canas, arrugas, heridas, cicatrices,
achaques de más, dientes de menos,
pero nada impidió que Silvia siguiera
ajada y dormida,
cansada de hacer el amor y dormida,
experta en bombas atómicas y dormida,
con lentejuelas y dormida.
Como un copo de nieve aún sin derretirse.
Como una rosa joven
sin manchas ni fisuras.
A veces triste.
En ocasiones sola.
Nunca inalcanzable.
Pero siempre dormida.

«La Mujer Dormida«, Rosa Silverio.

Feliz día a todos mis hermanos. Que sigamos siempre andando los caminos de la inspiración y que las musas jamás nos abandonen.

Catarsis, catarsis.

4 comentarios en “En el día del poeta…

  1. Como siempre fiel seguidor de tu espacio, te agregaré a mi blogroll. No sabía que era el día del poeta, deberé de postear algo en conmemoración, hehehe.

    P.S.: ¿La reunión de los anivelderos aún va?

    Hay muchos que tengo ganas de volver a ver, lol.

    Hasta siempre.

  2. Hola! Feliz Día del Poeta: Aquí les envío un poema con el que gané el primer premio en la categoría No-Profesional de un concurso local de poesía aquí en Texas…que lo disfruten.

    República Dominicana

    Por Laura Marte Araujo de Bilbao

    Mi hermosa isla, tan hermosa

    Es cuna de estrellas marinas

    Flamencos, morenas, careyes,

    Manatíes, jutías y aguas vivas,

    Ciguas palmeras, maqueyes,

    Caimanes, cotorras e iguanas.

    Todo eso es

    República Dominicana.

    Aun las ballenas jorobadas

    Vienen una vez al año

    Quieren que sus crías preciosas

    Nazcan al calor del sol

    Lejos de las gélidas aguas

    De ese Norte tan lejano.

    Maderas y gemas preciosas,

    Arenas blancas deliciosas,

    Palmeras, plátanos, naranjas,

    Caimitos, peras y guayabas,

    Lechozas, uvas y guanábanas,

    Yuca, mapuey y batatas.

    Todo eso es

    República Dominicana.

    Mi isla baila al son del Merengue

    Las calles cada noche se encienden

    La tambora retumba en el Malecón

    Junto a la guira y el acordeón

    Es ritmo caribeño llevado por el viento

    Seguido por las olas con su movimiento.

    Cada año también las comparsas

    Empapelan de color las calles

    Los diablos cojuelos amenazan

    Con robar a los niños un susto

    Y a las muchachas, una mirada.

    Todo eso es

    República Dominicana.

    Pero también en Dominicana

    Escondida en ese mar de sonidos

    Luces, colores y sabores,

    Está la otra realidad

    Aquella

    Que todos se esfuerzan

    En cubrir, ignorar, negar

    Y sobre todo cambiar.

    En un denso cañaveral

    Muy al Sur de la isla

    Un niño se despierta

    Y sale sin desayunar.

    Sale, como todos los días

    Al play que se extiende esperando

    Ansioso de sentir el batazo

    De aquel que juega apasionado

    Con el guante agujereado.

    Las cañas de azúcar se mecen

    Al mismo viento caribeño

    Ululan, ondulan, se inclinan

    Endulzan y, contentas, silban

    Están orgullosas las cañas

    De ver al niño practicando.

    Al oír la campana suspira

    El niño, totalmente asqueado

    Mochila al hombro se marcha;

    Va a la escuela a repasar

    Sus dos más dos y sus letras.

    Mira por la ventana anhelando

    La hora de volver al cañaveral.

    Mas primero hay que regresar

    A la pequeña casucha

    Y ayudar a mamá, quien, sola

    Ha logrado llenar la olla

    Para él y sus siete hermanos.

    «Carga agua, lava los platos,

    Haz la tarea, haz un mandado.»

    El niño vuelve al refugio

    Entre los cañaverales

    Las gotas de sudor caen

    Pero sigue practicando.

    Sabe bien qué pasara

    Si consigue ser el mejor

    Un recluta lo llamará

    Y su madre no tendrá ya

    Que sufrir o mendigar

    Como muchas otras madres

    Que no tienen otra oportunidad.

    La infancia corre sin prisa

    Más lenta que el deseo del niño

    Más lenta que las sendientas ansias

    Que tiene él de progresar.

    Todo esto es

    República Dominicana.

    La historia siempre es la misma

    A lo largo de sus costas:

    Manos que trabajan en la tierra y el mar

    Espaldas que se curvan y enderezan sin parar

    Sudores que ruedan en busca del pan.

    Niños, jóvenes y viejos

    Viven el círculo eterno

    Tratan en vano de nacer,

    Aprender, enseñar,

    Crear y disfrutar

    Pero sobre todo

    Morir satisfechos.

    Vivir con pasión y alimentarla

    Con entusiasmo y perseverancia

    Convertir esa pasión que es sana

    En la tabla de salvación.

    Vivir con la constante esperanza

    De tener un mejor mañana.

    Todo esto es

    República Dominicana.

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