
Foto: Adriano Rosario/LISTÍN DIARIO
Miguel Cocco siempre me pareció buen funcionario. Tal vez uno de los pocos que hacía bien su trabajo y que brindaba un gajito de buena imagen a este gobierno que destila corrupción por todas partes. Ahora que ya no está, cabe preguntarse quién podrá defender al gobierno… y quien estará dispuesto a ponerse esa camisa tan pesada sin que le quede ancha.
Rindo desde aquí mi homenaje a un buen funcionario y a un hombre cuya vida pública fue ejemplar. Paz a sus restos.
Paz a sus restos. Es todo cuanto puedo decir.