Aquellos polvos trajeron estos lodos. Faltando menos de 48 horas para finalizar esta novena jornada de la primera década del siglo 21, empiezan a asomarse fantasmas, pretendiendo nublar mi atmósfera con fantasías extintas. Aran la tierra desenterrando recuerdos que hoy no son más que el testimonio marchito de un pasado ahogado, y argumentos que se desangran al chocar con la primera pared del más elemental análisis. Así como todo cambia, que yo cambie no es extraño, cantaba la Negra Sosa en aquellos días y yo, que no me pretendo mejor ni peor que nadie, reivindico en este 30 de diciembre mi derecho a cambiarlo todo, incluyendo mi percepción sobre el planeta y quienes habitan en él. Cambiar porque sí, sin influencias del exterior y sus fantasmas, simplemente los sentimientos de un ente que mira al horizonte y siente sobre sus espaldas el peso de los silencios.
Catarsis, catarsis.
Oye Alexei, me encanta tu blog. Tienes una vision muy objetiva
Y filosofica de la vida, algo que en la juventud se ha ido perdiendo.
Asi que sigue adelante porque me encantaria seguir deleitandome con tus
fabulosos escritos.
Adelante en este nuevo anio!!!
muchas gracias!!!!
Caramba Alexéi. Me encanta la sensibilidad que tienen tus textos. Dey toch mai jart. 🙂
y yo me siento honrado de que te encanten y que lleguen tan profundo. igual sucede cuando mis ojos se dan su vueltecita por los dominios eme-o-ísticos. baideguey, qué pasó con la cerveza aquella? tamos en el 2010…