Y, una vez más, se repite aquella coincidencia del aniversario de esta Catarsis y el día del vil asesinato de Orlando Martínez, paradigma del periodismo comprometido dominicano. Aunque ya la Catarsis no es (tan) Diaria, quiero agradecer a quienes siguen dejándose ver por aqui cada cierto tiempo. Yo estoy preparándome mentalmente para devolver. Es un compromiso que hago hoy. Hago también una súplica: que jamás pierda la capacidad de asombrarme. No puedo dejar de asombrarme aunque ciertas cosas sean «la norma». El día en que la pierda, creo que dejaré de ser periodista.
Catarsis, catarsis.
«Esta es mi verdad, y con mi vida la defiendo».