Hasta pronto Cuquito Peña. Los recuerdos nunca mueren

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Políptico autoría de Cuquito Peña en la Facultad de Artes de la UASD. Una de sus piezas preferidas por mí.

Debían ser las cinco de la tarde cuando la esposa de mi papá me llamó para preguntarme si tenía detalles sobre el fallecimiento de Cuquito Peña, el artista, el amigo, el papá de Orly y Emmanuel. Confieso que del shock hasta el carro se me apagó. Los primeros segundos fueron, como siempre, de incredulidad. Uno nunca está preparado para este tipo de noticias. Y duele.

Todo tipo de recuerdos me llegaron a la mente. Los iniciales, cuando le conocí en mi infancia mientras él impartía clases de pintura a Carmen Rita (la esposa de mi papá), algunas cenas en la azotea de la que hoy es mi residencia matrimonial… luego los encuentros con él y Emmanuel en el parque Duarte y en otros espacios (de manera muy particular aquel conversatorio en La Multitud sobre políticas culturales, donde su voz se hizo oir a pesar de algún importunante que no quería darle espacio).

Su desaparición física será la nota triste de esta semana en la que los arañadores iniciamos uno de nuestros proyectos más ambiciosos: «Lengua de Mar 2013». Esta noche, mientras inauguremos este encuentro de escritores, le recordaremos. Lo haremos conscientes de que nadie muere realmente si siempre se le recuerda y respeta su memoria.

Catarsis, catarsis.

«Esta es mi verdad, y con mi vida la defiendo».