Decir que Toque Profundo cumple 25 años es celebrar las bodas de plata del rock hecho en ErreDé. No por antiguedad, porque las raíces del género pueden encontrarse desde los setentas, sino por continuidad. Un cuarto de siglo no se cumple todos los días, máxime en un país donde ir contra la corriente es de por sí epopéyico en todos los sentidos, no solo el musical.
Esta noche, la Asociación de Cronistas de Arte entregará un Soberano Especial a los TPQ en homenaje a su trayectoria, sumado a una producción que se ha preparado con los propios Toque. No quise dejar pasar la oportunidad para celebrarlo. Y lo hago con una de las canciones que mejor definió la naturaleza salmonera de la propia banda: «Y soñó».
Y es que hablar de Toque Profundo es hablar de la historia de cientos de dominicanos que nos hemos sentido reflejados en las letras. Decir Toque Profundo es ir más allá de Tony, Clemente, Tomás, Joel, Ernesto, Leo, Máximo… de todos los que han sido parte de esta trayectoria. Y sé que muchos estamos en la misma línea. Esta noche no estarán premiando la constancia, también estarán premiando la calidad. Una galleta sin manos a muchos hoy día.
Ahora que Toque cumple 25 y que ACROARTE les reconoce, pienso que Tony Almont bien podría reflejarse en la historia de José, preguntándose «por qué tuve que nacer precisamente en Villa Juana» y decidiendo comprometerse full time como cantante de rock en un país donde solo se escucha «merengue y baladas» (ahora sería reggaetón, bachata, dembow y salsa) y tirarse pa’l monte «a aventurar».
En un mundo donde nos martillan a diario «¿qué tiene de malo ser normal?», se impone celebrar la constancia y la terquedad. Yo la celebro desde mi esquina. ¡Salud y larga vida, toquemones! ¡A continuar derribando los muros de cristal que todavía se imponen ante nosotros!
Catarsis, catarsis.
«Esta es mi verdad, y con mi vida la defiendo».