Animando por la albiceleste

Cuando el año pasado Santiago Almada me pidió una reseña sobre mí para publicar uno de mis poemas en Clave Digital, empecé con un detalle muy particular. «Soy, le dije, fanático de dos cosas en este mundo: las Aguilas Cibaeñas y la gloriosa Albiceleste«. Estos cuatro años de Catarsis han sido testigos fieles de mis desvelos y desvaríos por la selección argentina de fútbol.

Desde el 1986 (bueno, realmente desde el 90, siendo sinceros), he germinado y dejado crecer esta pasión por el equipo de rayas blancas y azul celeste, con cada torneo en el que he tenido chance de seguirlos (y sí, me dí el gustazo de gritar el épico cántico de «vamos, vamos, Argentina…» en la final de los Panam 2003 en el Estadio Olímpico -que entonces no se llamaba «Félix Sánchez»). Han sido años de pequeños goces, de desiluciones malditas (como aquella descalificación temprana del mundial 2002), pero de mucha emoción. Sigue leyendo