Un año sin Martha Sepúlveda

Han pasado 365 días, y aún no me acostumbro a imaginarte lejos. No quise ir a tus funerales porque preferí mantener tu imagen alegre, vivaracha y llena de chispa. Sigues entre nosotros, tus compañeros de brega, quienes esperábamos los viernes cada quince días para leer tu última página. Los que nos juntábamos en las actividades sociales y «famtrips» para hacer coro y todos aquellos que, conociéndote o sin conocerte te quisimos y nos dolió mucho tu pérdida. Un año sin tí… injusta la vida, más injusta la muerte. Te seguimos queriendo con la misma intensidad.