Este quince de febrero (o sea, en un par de minutos) se celebran en mi Alma Máter las elecciones para escoger las nuevas máximas autoridades: un Rector y cuatro vicerrectores.
De nueve candidatos iniciales, la suma se ha reducido a cinco (seis si contamos a Miguel Reyes Santana, quien ha sido llevado por un grupo de profesores incómodos y opuestos al «circo» en que se ha convertido este proceso). Considero oportuno en este momento el hacer públicas mis aspiraciones respecto a la UASD que yo quiero y resaltar la candidatura que apoyo.
Para nadie es un secreto que, desde hace mucho, mis afanes van hacia que la doctora Emma Polanco se convierta en la primera mujer rectora de mi universidad. Lo hago, no porque sea la candidata de mi papá, sino porque conozco su trayectoria de trabajo y superación académica y gerencial cuando fue 2 veces vice decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (FCES), y luego fue 2 veces decana.
Catarsis Diaria 